domingo, 7 de octubre de 2012

El baloncesto

        "¿Por qué te gusta tanto?"- Preguntan algunos. "Pero si es un simple deporte"- Dicen otros. Malditos necios los que piensan así de este sueño. No se han dado cuenta de qué si jugamos a él es por algo. No se han dado cuenta de como disfrutamos con un simple balón entre las manos. No se dan cuenta de la adrenalina que sentimos al ir perdiendo un partido importante de 1 en el último segundo. Que si, que entiendo esa decantación por el fútbol, claro, es el principal deporte del mundo, que yo se que preferís ver un clásico "Madrid - Barça" que un partido "Lakers - Celtics". Pero es que esa sensación que se siente al meter un tiro libre limpio y que eso decante el marcador por un equipo u otro, o en ese contra-ataque que vas solo, fallas y la grada contraria tiembla. Cada vez que estamos en el banquillo lesionados, sin poder jugar y nos dan ganas de salir a la pista a darlo todo sin acordarnos del dolor. Cada vez que nos placan, cada caída, cada pase perdido, cada canasta fallada... Todas esas veces que hacemos algo mal y nos da el doble de fuerza para continuar al 120 %. Esa superioridad que siente cuando el entrenador del otro equipo le dice a su mejor jugadora que te defienda, que no te deje recibir. Ese subidón que recorre el cuerpo cuando das el pase de una asistencia inimaginable y acaba en canasta. Cuando metes un triple que piensas que ni siquiera va a tocar aro y te sientes el rey del mundo. Esos enfados que te entran cuando llevas mas de dos pérdidas seguidas, o cuando no entra ningún tiro...

         Mírame jugar, disfrutando con mi equipo, y después ten huevos de decirme que por qué me gusta tanto o que solo es un simple deporte. Porque para mi no es eso, para mi el baloncesto es mi vida, tan necesario para mi, como el aire que respiro. Quiero deciros a todos los que decís que el baloncesto no es complicado: que si el baloncesto fuera fácil se llamaría fútbol.






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